La forma en como se construyen los edificios no volverá a ser igual, pues una universidad holandesa ha desarrollado un nuevo concreto que se arregla solo.

Así es, esta novedad en la construcción es posible gracias a una bacteria integrada en el concreto la cual provoca que las grietas en el mismo sean reparadas en cuestión de días, sin importar su extensión.

Sea una pared de una casa o la altura de un dique este concreto casi como si se tratase de un ser vivo, actua cerrando las heridas lentamente hasta recuperar su forma original.

¿Como funciona?

A este concreto, denominado Bioconcreto se le adiciona en su preparación cepas de Bacillus pseudofirmus, una bacteria acostumbrada a vivir en ambientes hostiles como glaciares o volcanes. La resistencia de la bacteria es clave pues le permite subsistir dentro del concreto por cerca de 200 años.

Para que subsistan los microorganismos se incluyen pequeños sedimentos de lactato de calcio, normalmente los microorganismos permanecerían inactivos pero al darse una grieta quedan expuestos a la humedad y con ello iniciarian un ciclo en el cual consumen el calcio y producen piedra caliza.

Con estos residuos de piedra caliza se sellarían las grietas definitivamente.

Este sistema tiene un solo inconveniente y es que requiere que la placa de concreto no sea de una profundidad mayor a 8 milímetros, pero aun así su largo puede compensar este defecto.

¿Como ayuda al ambiente?

Con la inclusión de este nuevo material en la construcción se pueden ahorrar costos y materiales en la continua reparación y mantenimiento de grandes edificios como lo son diques, puentes, y acueductos.

La utilización de menores materiales a largo plazo disminuye su extracción lo cual genera menor gasto de recursos naturales, con lo cual esta es una respuesta tecnológica a la economía extractiva.

En la actualidad se ha aplicado en holanda y en Ecuador, pues tras el terremoto el país decidió apostarle por mejoras en infraestructura antisísmica.

Es así como la naturaleza inspira diseños, que aplicados a la vida real no solo reducen los costos, sino que salvan vidas y avanzan en el cuidado ecológico.