Estamos a puertas de la Copa América Centenario, uno de los torneos de fútbol más importantes para el continente, además de la pasión y euforia que se empieza a hacer presente en las calles de cada lugar del país, también nos preparamos para vivir momentos emotivos en compañía de quienes son algo más que nuestros compatriotas: nuestras familias y amigos.
Todo colombiano, incluso aquel que no se considera fanático del fútbol, ha visto un partido en compañía de su familia o seres queridos y esto se debe a que en el momento en que empieza un gran torneo las reuniones e invitaciones no se hacen esperar, en estas, además de ver el partido, se tienen muchas tradiciones que aunque se pueden vivir de formas diferentes tienen el mismo fin: Celebrar el deporte y el amor por nuestro país y su camiseta.
Antes
Antes del inicio del juego se organizan sillas suficientes para todos aunque la mayor parte del tiempo vayamos a estar parados, abrazandonos o gritando de emoción, transmitiendo fuerza a los jugadores. Para este tipo de compromiso la puntualidad es una tradición, pues no queremos perdernos ni un minuto del juego. Los anfitriones tendrán snacks dispuestos en varios tazones para que todos los invitados compartan y acompañen con las bebidas típicas de las reuniones colombianas.
A medida que los invitados llegan, se irán anotando a la famosa “Polla”, una apuesta que todos conocemos bien en la que intentamos adivinar el marcador final para llevarnos un premio.
Sintonizamos la radio, prendemos la tv y le bajamos todo el volumen, el espacio se llena de un silencio lleno de júbilo al escuchar el himno de nuestro país, todo está listo para que comience el partido.
Durante
El primo que se cree técnico va a dar instrucciones a los jugadores e incluso pedirá al árbitro (al cual se refiere como “juez”) que se cobren las faltas como es debido, todos luciremos camisetas de la selección e incluso pintamos la bandera en nuestra cara mientras que uno de nuestros tíos espera silencioso el primer gol arropándose con la bandera y aferrándose a ella tanto como a la esperanza de ver a nuestra selección salir campeona.
Los snacks ya no solo están en los tazones sino también en el suelo y el sofá.
Después
El después puede variar según los resultados del partido pero es regla hablar sobre las mejores jugadas del partido, ese gran pase de un jugador al otro, el balón que no quiso entrar y ese tiro que tuvo la curvatura perfecta para convertirse en un canto de “Goool” y muchas sonrisas o incluso lágrimas de alegría.
Para las familias más animadas en los partidos más importantes será indispensable salir a las calles a abrazar algunos desconocidos que en ese momento serán hermanos de raza y pasión futbolera. Otras familias prefieren quedarse en casa festejando o incluso armar un asado para seguir recordando lo hermoso que es ser colombiano.
¿Qué tradiciones tiene tu familia antes, durante y después de un partido de nuestra selección?
¡Cuéntanos!